Colombia
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fecha de publicación: 11 de septiembre 2020
La violencia sexual en el conflicto armado Colombiano
Sandra Patricia Moreno Ramírez, Fiscal de la Fiscalía General de la Nación
El proceso penal adelantado por violencia sexual en el conflicto interno en Colombia, ha tenido significativos avances en contra de Marcos Tulio Perez Guzman alias El Oso, un ex integrante de las Autodefensas del Bloque Montes de Maria que con sus subordinados mantuvo bajo su control por casi mas de tres años con las armas y la violencia a una población en San Onofre (Sucre), en el norte del caribe Colombiano.
Con la participación de las víctimas, sus familiares, la ONG que las representaba, demás testigos, la labor de la policía judicial, psicólogos y peritos forenses, se fue avanzando en la recolección del material probatorio base de la investigación. En la primera fase del proceso contra el señalado ex-comandante, se defendió y negó todo. Pero ante las pruebas presentadas al paso de las indagatorias fue aceptando su responsabilidad de manera libre y voluntaria en los hechos y obtuvo una sentencia anticipada frente a los delitos de secuestro, desplazamiento forzado y tortura. Por esta aceptación de responsabilidad se logró la primera condena el 31 de agosto de 2018 a 23 años de prisión .
Como se evidenció en la película, el proceso penal continuó en contra del procesado por las conductas de violencia sexual y la Fiscalía General de la Nación finalmente lo acusó. Estando en la etapa de juicio, de manera libre y voluntaria en la audiencia preparatoria de juicio sorpresivamente manifestó su deseo de aceptar su responsabilidad en estas conductas de violencia sexual, siendo sentenciado a 27 años de prision el 19 de diciembre de 2018. En este fallo a petición de la Fiscalía, la jueza consideró se reunían los requisitos del articulo 7 numeral 2 del Estatuto de Roma frente a las conductas de violencia sexual ejecutadas por el ex comandante Pérez Guzmán, siendo catalogadas como crímenes de lesa humanidad e imprescriptibles. Esto no solo significó un triunfo para el ente acusador sino un reconocimiento a la verdad sobre la violencia sexual denunciada por las víctimas, fue un balsamo reparador ante el daño que este sujeto les había causado.
Paralelamente a este proceso, debo mencionar que, varios de sus hombres fueron investigados y condenados a penas de prisión como coautores o complices, pues en algunos casos el ex-comandate se valió de ellos para secuestrar a las víctimas.
Esta investigación, así como los fallos condenatorios obtenidos, hacen visible a nivel nacional e internacional, la ocurrencia de crímenes de violencia sexual en el conflicto armado interno colombiano por parte de uno de los actores armados, en este caso las Autodefensa Unidas de Colombia. Se demostró que el perpetrador para anular la voluntad de las víctimas uso en cada una de ellas la violencia moral y física. Frente a la violencia sexual empleada, se demostró que además de buscar una satisfacción lasciva, la intención del perpetrador era la de imponer un castigo a las víctimas mujeres, todo bajo una política de control social ilegal impuesta desde su llegada a la población. Para cometer estas conductas, el victimario aprovechó el entorno coercitivo que generó desde su llegada a la población con hombres bajo su mando, ejerciendo autoridad ilegal con el uso de las armas y manteniéndolos bajo un régimen de terror y miedo.
Ahora bien, con estos resultados de sentencias obtenidos, se da una respuesta positiva a los compromisos de priorización de la investigación y el procesamiento de crímenes de violencia sexual en el conflicto armado colombiano. También se envía un parte positivo a la Corte Penal Internacional que ha hecho seguimiento a la situación especial de las mujeres víctimas de la violencia en el marco del conflicto armado en el país.
Por último cabe mencionar que en estos momentos Colombia está en trámite de un nuevo mecanismo de justicia transicional, denominado “Jurisdicción Especial para la Paz”, que fue creado para los ex-integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC – EP, integrantes de la Fuerza Pública y civiles por delitos cometidos en el conflicto armado interno. Se ha generado mucha expectativa por la verdad de tantos años de violencia y por ello esperamos los colombianos que sus magistrados le exijan con rigurosidad a los postulados que en tanto sus confesiones contribuyan realmente al esclarecimiento de la verdad en delitos tan graves como la violencia sexual y otros cometidos en nuestro conflicto, se les reconozcan los beneficios penales ofrecidos, de lo contrario deberán ser excluidos y enfrentarse a la justicia ordinaria.
date of publication: 11 September 2020
Sexual violence in the Colombian armed conflict
Sandra Patricia Moreno Ramírez, Prosecutor of the Office of the Attorney General of the Nation
The criminal proceeding for sexual violence in the internal conflict in Colombia has had significant advances against Marcos Tulio Perez Guzman alias El Oso – a former member of the Autodefensas Unidas de Colombia (Colombian paramilitary group called United Self-Defense Forces) of the Montes de Maria Block, who with his subordinates kept a population in San Onofre (Sucre), in the north of the Colombian Caribbean, under his control with weapons and violence for more than three years.
With the participation of the victims, their relatives, the NGO that represented them, other witnesses, the work of the judicial police, psychologists, and forensic experts, progress was made in collecting the evidence for the investigation. In the first phase of the process against the former commander, he defended himself and denied everything. But presented with the evidence collected during the investigations, he freely and voluntarily accepted his responsibility of the facts and obtained an anticipatory sentence for the crimes of kidnapping, forced displacement, and torture. For this acceptance of responsibility, the first conviction was achieved on 31 August 2018, to 23 years in prison.
As evidenced in the film, the criminal process continued against the defendant for the conduct of sexual violence and the Attorney General’s Office finally charged him. Surprisingly, during the trial, at the preparatory trial hearing, he freely and voluntarily expressed his desire to accept his responsibility for these acts of sexual violence, being sentenced to 27 years in prison on 19 December 2018. In this ruling, at the request of the Attorney General’s Office, the judge considered that the requirements of article 7, paragraph 2 of the Rome Statute were met in relation to the conduct of sexual violence carried out by former commander Pérez Guzmán, being classified as crimes against humanity and thus not barred by a statute of limitations. This not only meant a triumph for the Attorney General’s Office as the accusing entity, but also a recognition of the truth about the sexual violence reported by the victims – it was a restorative balm in the face of the damage that had been inflicted upon them.
Parallel to this process, I must mention that, several of his men were investigated and sentenced to prison as co-perpetrators or accomplices since in some cases the ex-commander used them to kidnap the victims.
This investigation, as well as the convictions obtained, make visible at the national and international level, the occurrence of sexual violence crimes in the Colombian internal armed conflict by one of the armed participants, in this case, the Autodefensas Unidas de Colombia. The perpetrator was shown to use moral and physical violence to annul the will on each one of the victims. Faced with the sexual violence used, it was shown that in addition to seeking lascivious satisfaction, the intention of the perpetrator was to impose punishment on the female victims, all under a policy of illegal social control imposed since their arrival to the population. To commit these behaviors, the perpetrator took advantage of the coercive environment that he generated since his arrival in the town with the men under his command, exercising illegal authority with the use of weapons and keeping the population under a regime of terror and fear.
Now, with the resulting sentences, a positive response is given to the commitments to prioritize the investigation and prosecution of crimes of sexual violence in the Colombian armed conflict. A positive report is also sent to the International Criminal Court, which has followed up on the special situation of women victims of violence in the context of the armed conflict in the country.
Finally, it is worth mentioning that Colombia is currently in the process of a new transitional justice mechanism, called “Special Jurisdiction for Peace”, which was created for former members of the Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC - EP, members of the Public Force and civilians for crimes committed in the internal armed conflict. Much expectation has been generated for the truth of so many years of violence and for this reason, us Colombians hope that its magistrates will rigorously demand from the participating individuals that as long as their confessions really contribute to clarifying the truth in crimes as serious as sexual violence and other committed in our conflict, the criminal benefits offered are recognized, otherwise they must be excluded and face ordinary justice.